Empezamos fuerte: si alguien te promete multiplicar tu dinero “de forma segura”… sal corriendo. No hay fórmulas mágicas ni rentabilidades garantizadas sin riesgo. En el mundo real —el de los ahorros de verdad, no el de los vídeos con Lamborghinis de fondo— seguridad y rendimiento siempre guardan equilibrio.
Entonces, ¿dónde guardar el dinero para que no se lo coma la inflación y tampoco lo pierdas por una mala decisión? Aquí van opciones reales, legales y sin letra pequeña, pensadas para quien quiere cuidar su dinero… sin convertirse en broker.
1. Cuentas remuneradas: seguras, líquidas y sin dramas
Si tienes tus ahorros durmiendo en una cuenta corriente que no te da nada… te están cobrando sin que te enteres.
• Ventajas:
• Están protegidas por el Fondo de Garantía de Depósitos (hasta 100 000 € por titular y entidad).
• Puedes acceder a tu dinero cuando quieras.
• Algunas ofrecen entre el 2 % y el 3 % anual.
• No necesitas saber de inversión.
Consejo EPA: busca bien, compara condiciones y no te fíes de bancos que “regalan” algo por domiciliar la nómina: es marketing, no generosidad.
2. Depósitos a plazo fijo: sin emociones, pero con interés
Los depósitos vuelven a tener sentido en tiempos de tipos altos. Ideales si sabes que no vas a necesitar ese dinero a corto plazo.
Pros:
• Sabes de antemano cuánto vas a ganar.
• Están garantizados por el Fondo de Garantía de Depósitos (mismo fondo que las cuentas).
• Hay plazos desde pocos meses hasta varios años.
Contras:
• No puedes tocar ese dinero sin penalizaciones.
• Algunos exigen importes mínimos.
3. Letras del Tesoro: aburridas pero efectivas
¿Quién iba a decir que invertir en deuda del Estado estaría de moda otra vez? Las Letras del Tesoro han vuelto y mucha gente (con razón) las usa como alternativa segura.
Por qué funcionan:
• Respaldadas por el Estado español.
• Plazos de 3, 6 o 12 meses.
• Rentabilidad que depende de la subasta.
• Puedes comprarlas directamente sin pasar por el banco.
4. Fondos de inversión conservadores: para quien busca algo intermedio
No todos los fondos son de alto riesgo. Algunos invierten en bonos, letras u otros activos estables. No te harán rico, pero pueden ganarle a la inflación con menos sustos.
Ventajas:
• Diversificación automática.
• Gestión profesional.
• Rentabilidad potencialmente más interesante que dejarlo parado.
Ojo EPA: que no te cuelen un fondo agresivo cuando pediste uno conservador. Pregunta, compara y entiende las comisiones antes de firmar nada.
5. ¿Y si quiero probar algo más? Oro, bonos, índices…
Sí, existen otras opciones como:
• Oro: valor refugio de toda la vida.
• Bonos de países desarrollados: estabilidad y cupón.
• Depósitos en otras divisas: solo si tienes conocimiento o cobertura.
• Índices: exposición a principales mercados sin elegir empresa a empresa.
Pero si vas empezando o no quieres complicarte, con las opciones anteriores ya puedes dormir tranquilo.
Qué NO hacer si buscas seguridad
❌ Dejar el dinero en una cuenta sin remuneración “por si acaso”.
❌ Meter todo en productos que no entiendes porque “tu banco te lo recomendó”.
❌ Caer en apps milagrosas o recomendaciones de redes sin base.
❌ Confundir ahorrar con invertir: no son lo mismo.
Guardar tu dinero bien no es esconderlo: es hacerlo trabajar contigo
Invertir no significa jugar al casino ni mirar gráficos en tiempo real a todas horas. Tampoco volverte gurú financiero. Significa tomar decisiones informadas, con cabeza y con objetivos claros.
La clave no está en promesas de multiplicación milagrosa, sino en no perder lo que ya tienes por culpa de la desinformación (o del banco que te quiere vender su fondo estrella).
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