Economía Conductual: cómo nuestras emociones afectan las decisiones financieras

Economía Conductual Sep 5
11 min
Economía Conductual: cómo nuestras emociones afectan las decisiones financieras

Descubre cómo las emociones, sesgos y trampas mentales influyen en tus decisiones financieras. Aprende a identificar errores y mejorar tu relación con el dinero.

¿Por qué tomamos decisiones tan raras con el dinero?

Sabes que no deberías comprar eso.

Pero lo haces.

Sabes que deberías ahorrar.

Pero no lo haces.


No es que seas mala persona, ni irresponsable, ni un desastre.

Es que tu cerebro tiene una forma muy peculiar de tomar decisiones, sobre todo cuando se trata de dinero.


Y ahí es donde entra la Economía Conductual: una rama de la economía que, en lugar de asumir que siempre actuamos con lógica y sentido común, se dedica a estudiar cómo realmente nos comportamos cuando hay dinero de por medio. Con sesgos, emociones, impulsos y trampas mentales incluidas.


¿Te has arrepentido de una compra a los cinco minutos?

¿Has seguido pagando por algo solo porque ya habías invertido mucho en ello?

¿Has evitado mirar tu cuenta bancaria porque no querías enfrentarte a la realidad?


Entonces este tema te importa. Mucho.


En esta guía vas a entender:

• Qué es exactamente la Economía Conductual (sin tecnicismos ni pizarra).

• Por qué muchas de tus decisiones financieras no son tan racionales como piensas. 

• Y cómo puedes empezar a tomar mejores decisiones sin cambiar de personalidad


Si alguna vez sentiste que sabes qué hacer con tu dinero pero no lo haces, este artículo es para ti.



¿Qué es la Economía Conductual (y en qué se diferencia de la Economía Tradicional)?

Spoiler: no siempre somos tan racionales como creemos

La Economía Tradicional o Neoclásica parte de una idea muy bonita… pero bastante irreal: que las personas siempre toman decisiones lógicas, racionales y perfectamente informadas.

En teoría, comparamos opciones, analizamos beneficios y elegimos lo que más nos conviene.


En la práctica: compramos algo “porque estaba en oferta”, contratamos un seguro sin leer la letra pequeña o evitamos revisar el extracto bancario por puro miedo.


Aquí es donde entra la Economía Conductual (también llamada Economía del Comportamiento): una disciplina que combina economía, psicología y ciencia del comportamiento para entender cómo tomamos decisiones en el mundo real. Con emociones, con prisas, con sesgos… y con muchos errores.


¿Qué analiza la Economía Conductual?

• Cómo pensamos sobre el dinero

• Cómo influyen nuestras emociones en decisiones financieras

• Por qué tomamos decisiones irracionales aunque tengamos “toda la información”

• Qué patrones repetimos al gastar, ahorrar o invertir sin darnos cuenta


A diferencia de la economía clásica, que se enfoca en modelos ideales, la Economía Conductual estudia cómo actuamos de verdad… incluso cuando nuestras decisiones no tienen mucho sentido. No rompe con la teoría neoclásica pero sí la complementa.


Y no se queda solo en observar: también propone ideas para mejorar nuestros hábitos financieros, reducir errores y diseñar entornos que nos ayuden a elegir mejor.


¿Te interesa? Entonces el siguiente tema te va a sonar (y quizá hasta te duela un poco).



Sesgos Cognitivos: cómo te saboteas sin darte cuenta

Tu cerebro quiere ayudarte… pero a veces mete la pata

Los sesgos cognitivos son atajos mentales que usamos para tomar decisiones rápidas.


Funcionan como un “modo automático” que nos ahorra tiempo y esfuerzo… pero no siempre nos lleva por el mejor camino.


Cuando se trata de dinero, estos sesgos pueden hacer que:

• compres algo que no necesitas solo porque está rebajado,

• mantengas una suscripción que no usas “porque ya la estás pagando”,

• o tomes decisiones de ahorro o inversión basadas más en emociones que en datos.


Algunos sesgos comunes en las finanzas personales:

• Sesgo de Confirmación: solo prestas atención a lo que refuerza lo que ya crees (“invertir es muy arriesgado”, “no soy buena persona ahorrando”...)

• Sesgo de Anclaje: te aferras al primer número que ves (como pensar que 30 € es poco porque antes costaba 50 €).


• Aversión a la pérdida: temes tanto perder dinero que prefieres no hacer nada (aunque hacer nada te cueste más a largo plazo). La teoría demuestra que duele el doble perder de lo que reporta una ganancia, por eso, entre otras cosas, tenemos tanto miedo a invertir.


• Coste hundido: sigues pagando por algo que ya no vale la pena solo porque invertiste tiempo o dinero antes.


¿Te suena todo esto? Tranqui: no es que tu cerebro esté defectuoso, es que está programado para sobrevivir, no para hacer presupuestos.


Si quieres conocer más ejemplos (y cómo evitarlos) ve a leer 👉 
7 sesgos cognitivos que sabotean tus decisiones con el dinero



Emociones y dinero: una relación más complicada de lo que parece


Ni todo es racional, ni todo es emocional… pero sí que está todo mezclado


Cuando hablamos de dinero, no solo hablamos de números.

También hablamos de miedo, culpa, vergüenza, orgullo, euforia, ansiedad.
Y todas esas emociones influyen (mucho más de lo que creemos) en las decisiones que tomamos.


¿Cómo afectan nuestras emociones al manejar el dinero?

• El miedo nos puede hacer evitar inversiones, incluso cuando son seguras y necesarias.

• La euforia nos lleva a comprar cosas impulsivamente (“¡me lo merezco!”).

• La culpa aparece cuando gastamos en algo que nos da placer.

• La ansiedad nos puede hacer dejar las finanzas en piloto automático… o no mirar el estado de la cuenta por semanas.

• La tristeza tiende a reducir nuestro autocontrol y aumentar el gasto impulsivo.


Lo que sentimos afecta lo que hacemos.


Y si no identificamos esas emociones, acabamos tomando decisiones financieras que no tienen nada que ver con nuestros objetivos reales.


¿Por qué gastamos de más?

Hay muchas razones, pero la más común es: porque sentimos que gastar nos hace sentir mejor (al menos por un rato).


Y ese rato de alivio es suficiente para que nuestro cerebro quiera repetir la jugada, aunque el resultado sea deuda o arrepentimiento.


Si te interesa entender ese patrón y cómo romperlo lee 👉

¿Por qué gastamos de más? El lado irracional de tus decisiones de compra



Daniel Kahneman y los pilares de la Economía Conductual

El psicólogo que le dijo a los economistas: "Las personas no deciden como ustedes creen"

Si alguna vez te has sentido mal por no tomar la “mejor decisión financiera”, hay alguien que te entendería y ese es Daniel Kahneman.


Psicólogo, premio Nobel de Economía (sí, sin ser economista), y autor del famoso libro Pensar rápido, pensar despacio.


¿Su aporte? Demostrar que la mayoría de nuestras decisiones —incluidas las que tienen que ver con dinero— no se toman con calma, lógica y análisis, sino a toda velocidad, con emociones y sesgos de por medio.


Sistema 1 vs. Sistema 2

En su teoría, Kahneman explica que tomamos decisiones a través de dos sistemas mentales:

• Sistema 1: rápido, automático, emocional, intuitivo.

• Sistema 2: lento, analítico, consciente, racional.


El problema es que el Sistema 1 suele ganar la partida. Es el que te hace comprar ese café caro cuando ibas solo por una botella de agua. El que te impulsa a vender cuando cae la Bolsa, o a no invertir por miedo.


¿Por qué es tan importante Kahneman?

Porque cambió por completo la forma en que entendemos el comportamiento económico.


Gracias a su trabajo, hoy sabemos que no basta con “educar financieramente” a las personas. También hay que tener en cuenta cómo funciona la mente humana a la hora de tomar decisiones.


Si quieres conocer más sobre Kahneman y por qué sus ideas son tan revolucionarias te preparamos este artículo: 👉 ¿Quién es Daniel Kahneman y por qué cambió la forma en que entendemos la economía?



Cómo usar la Economía Conductual para tomar mejores decisiones

No hace falta ser gurú financiero, solo conocerte un poco mejor

La buena noticia es que entender cómo funciona tu mente no solo sirve para autoanalizarte como si fueras un experimento.


También te puede ayudar a tomar mejores decisiones financieras sin cambiar tu esencia.


No se trata de ser una persona fría y calculadora. Se trata de ser más consciente de por qué haces lo que haces con tu dinero, y de ponerte las cosas un poco más fáciles.



Recomendaciones prácticas (y realistas):

• Ponle nombre a tus sesgos.

Si sabes que tiendes a gastar más cuando tienes estrés, puedes anticiparlo.

Reconocer tus patrones es el primer paso para cambiarlos.


• Diseña tus decisiones.

Si quieres ahorrar, pon ese dinero en una cuenta aparte nada más cobrar.

Si no ves el saldo todo el tiempo, no te lo gastarás sin querer.

(Sí, a veces lo mejor es engañarte… para bien.)


• Evita decidir en momentos de mucha emoción.

Comprar cosas “para celebrarlo” o “porque fue un mal día” rara vez sale bien.
La emoción pasa. La compra se queda.


• Hazlo fácil para ti, no para tu yo ideal.

No planees un Excel de 7 pestañas si odias las hojas de cálculo.

Mejor una solución sencilla que realmente uses.


• Perdónate los errores.

Todos caemos en trampas mentales. La clave es aprender, ajustar y seguir adelante.

No se trata de ser perfecto, sino de equivocarte cada vez un poco mejor.


Si quieres seguir profundizando en cómo aplicar esto a tus finanzas, te dejamos una guía útil: 👉 Finanzas Conductuales: cómo mejorar tus decisiones con el dinero



Preguntas frecuentes sobre Economía Conductual

¿Qué diferencia hay entre Economía Conductual y Economía del Comportamiento?

Ninguna. Son dos formas de llamar a lo mismo: el área de estudio que analiza cómo tomamos decisiones económicas reales, teniendo en cuenta emociones, sesgos, costumbres y hasta errores repetidos.


(Sí, tiene muchos nombres - behavioral economics, economía conductual, del comportamiento, etc. Pero el fondo es el mismo.)


De hecho, bajo mi punto de vista, la economía conductual debería llamarse únicamente “economía”, ya que la parte de psicología que añade la economía conductual debería ir intrínseca, pues los agentes que la componen son seres humanos.


¿Somos irracionales todo el tiempo?

No. Pero somos menos racionales de lo que creemos.

La Economía Conductual no dice que pensemos mal, sino que pensamos de forma limitada, con información incompleta, bajo presión o arrastrando creencias que no siempre son lógicas. Y eso afecta al dinero, claro que sí.


¿Esto aplica aunque no haya hecho ninguna inversión?

¡Totalmente!

La Economía Conductual afecta a cualquier decisión económica, desde comprar el súper hasta aplazar una factura, decidir cuánto ahorrar o por qué evitar revisar la cuenta bancaria.


No necesitas tener miles de euros en Bolsa para caer en un sesgo. A veces con elegir entre tarjeta o efectivo ya estás tomando una decisión influida por tus emociones.


¿Tengo que leer libros técnicos para entender esto?

Nunca podemos dejar de aprender, pero tranquilo, con todo el contenido que encontrarás en nuestro blog verás que tampoco hace falta volverse un experto. Y también, porque antes nos los hemos leído nosotros!


De hecho, ya estás aprendiendo solo por haber llegado hasta aquí.
Pero si te interesa profundizar, Pensar rápido, pensar despacio de Daniel Kahneman es el clásico (aunque algo denso).


Si prefieres ir paso a paso, quédate por aquí: seguiremos publicando contenido sobre este tema con ejemplos reales y lenguaje claro.




Entender cómo piensas sobre el dinero es empezar a decidir mejor

Y no, no necesitas cambiar tu personalidad… solo prestar un poco más de atención

Si alguna vez te preguntaste por qué haces lo que haces con el dinero —aunque “sepas” que no es lo más inteligente—, la Economía Conductual tiene muchas respuestas.


No para juzgarte. Para ayudarte.


Saber que existen los sesgos, que tus emociones influyen, y que tus decisiones no siempre vienen de la razón es una ventaja enorme. Porque una vez que lo entiendes, puedes empezar a cambiar las cosas con más claridad y menos culpa.


Esto no va de ser perfecto ni de eliminar cada error.


Va de tener herramientas para tomar decisiones que realmente estén alineadas con lo que quieres y necesitas.


Y en Economía para Adultos, estamos aquí para acompañarte en ese proceso. Sin fórmulas mágicas, pero con contenido que sí te sirve.

Autores

Elvira Garcia -

Elvira Garcia

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