
Ahora que se aproxima el verano, cuando hablamos de chiringuitos, lo más probable es que se te venga a la cabeza el típico local playero que vende cócteles a orillas del mar. Cuando le añadimos el término “financiero” la cosa cambia. Ya no se trata de ese lugar de ensueño, al contrario, puede terminar convirtiéndose en una pesadilla si no sabes identificarlo a tiempo.
Los chiringuitos financieros son peligrosos porque son como ese ex antes de ser ex —te prometen fidelidad de por vida pero… En fin, ya sabes cómo acaba—, de hecho, pueden dejar a más de uno sin un euro en el bolsillo. Y si no que se lo digan a todas las víctimas de Santiago Fuentes, el genio del engaño detrás de Arbistar, que fue acusado el año pasado de montar una criptoestafa de las gordas que afectó a miles de personas.
Ahora: ¿todos los negocios de cripto son una estafa? ¡No! Por eso, si no quieres que te engañen, sigue leyendo este artículo y suscríbete a la Newsletter de EPA para estar alerta. Créeme, como el ejemplo del ex: al final, a los chiringuitos los acabas distinguiendo a leguas (la experiencia es un grado en las relaciones y también en las finanzas).
¿Qué es un ‘chiringuito financiero’?
La CNMV en España lo define como “entidades que ofrecen y prestan servicios de inversión sin estar autorizadas para hacerlo”. En resumen: empresas que lo único que quieren es tu dinero, para que nos entendamos.
Básicamente, son entidades que ofrecen servicios financieros sin estar autorizadas ni supervisadas, fuera del radar de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. ¿Qué los caracteriza generalmente?
✅ Te prometen rentabilidades altísimas sin riesgo alguno. Porque eso de que las inversiones conllevan riesgo está sobrevalorado, ya sabes.
✅ Utilizan páginas web cuyos gráficos sospechosamente siempre apuntan hacia arriba (Warren Buffett debe tenerles una manía…).
✅ Se presentan como “expertos” en mercados de alto rendimiento, criptomonedas o inversiones alternativas. No hay nada como ser “experto en… Engañar a los demás”.
✅ Y lo mejor de todo: te presionan de forma a veces no tan sutil para que inviertas rápido. No vaya a ser que “pierdas la oportunidad de tu vida”.
Mucho cuidado con los fraudes
A raíz de la digitalización, no solo son más frecuentes, sino también más sofisticados. Antes al menos tenías que quedar con la persona en un despacho cutre. Ahora te despluman desde una web de aspecto profesional o, los más atrevidos, a través de las redes sociales. ¿Te suena eso de no solo hay que desconfiar del desaliñado sino también del más majo? Te sorprendería el vecino del tercero que te da la hora amablemente en su Rolex mientras lleva a su hija al colegio en el deportivo… Ahí está la gracia del fraude.
Lo realmente peligroso de los chiringuitos financieros es que funcionan como tapadera para apropiarse de tu dinero en menos tiempo de lo que dura un pestañeo. Son auténticos maestros del engaño, usando cebos irresistibles, rentabilidades de ensueño y discursos que harían sonrojar a un comercial de teletienda. Y cuando llega el momento de explicar por qué tu inversión se ha esfumado, o bien desaparecen sin dejar rastro o se reinventan con otro nombre, como si fueran el villano de una película de espías. Lo peor es que cada vez afinan más el timo y caemos sin darnos cuenta porque su disfraz es con el tiempo más convincente.

La culpa también es nuestra
Ahora: no toda la culpa es del chiringuito. Sí, sé que esto puede sonar feo, pero estás en EPA, no en el blog de Economía políticamente correcto de turno. Y es que, precisamente, es culpa de la falta de Educación Financiera que haya mucha gente que cae en estos timos. Incluso cuando estos son más que aparentes para el común de los mortales (lee este artículo del Día de San Valentín si no sabes a qué me refiero).
Pretender hacer oídos sordos y culpar siempre al otro está bien hasta cierto punto, una vez creces, te das cuenta de que eso sirve de poco o nada en el día a día. Y es que, si conoces un poco de qué va el mundo financiero, la probabilidad de que te engañen (al menos los más pringados) disminuye; por eso en EPA somos tan claros.
Cómo detectar un chiringuito financiero antes de que sea tarde
La Comisión Nacional del Mercado de Valores, con la que, a veces, podremos estar más o menos de acuerdo en lo que a medidas y agilidad se refiere, intenta salvaguardar que no nos desplumen con inversiones dudosas, con sus advertencias semanales sobre estas entidades no autorizadas que operan de forma ilegal. Una de las últimas alertas tiene que ver con un clon del banco digital Trade Republic y otros ocho chiringuitos financieros que estaban haciendo de las suyas, según ha informado Cinco Días. Porque si hay algo que no descansa nunca —además de los impuestos— son los timadores con traje y corbata.
Pero no desesperes porque, además de no perderte ningún artículo de EPA sobre Educación Financiera, existen varias reglas de oro para no caer en la trampa de los chiringuitos financieros.
🛑 Comprueba siempre si la empresa está registrada en la Comisión Nacional del Mercado de Valores para poder prestar sus servicios a residentes españoles. (Diferente será si deseas tú invertir con empresas que no estén en España pero sí estén reguladas, ojo, no confundamos y creamos que son ilegales – otro día hablamos de esta diferencia).
🛑 Desconfía de las rentabilidades demasiado buenas. Si te dicen que puedes ganar un 20% al mes sin riesgo pregúntate por qué ese tío no está en Las Bahamas viviendo la vida loca en lugar de enseñarte a ti el secreto de su magia.
🛑 Cuidado con las prisas (mi abuela siempre ha dicho que no son buenas). Desconfía si ves algún mensaje del tipo “solo quedan unas plazas”, “la oferta acaba mañana” o “te lo guardo si me haces una transferencia ahora” porque el único que se va a beneficiar de ello es quien está detrás de la estafa.
🛑 Investiga antes de hacer ningún movimiento. ¿La empresa no tiene sede física? ¿Su web no da detalles sobre los responsables? ¿Su contacto es solo un número de móvil? Mala señal.
Los chiringuitos financieros son expertos en aprovecharse de la ambición y la falta de conocimiento financiero, así que ve con pies de plomo antes de entregar tu dinero a cualquiera. Ten siempre presente que a nadie le importa más tu dinero que a ti mismo. Y recuerda suscribirte a la Newsletter para no perderte alguna que otra historia que te ayudará a identificar a estos sinvergüe*zas.